Enigma de transformación: El silencio de las rocas, conexiones sonoras, tecnologías y rituales espirituales
Qué es la piedra sino mi hermana fría y silenciosa, esperando quieta los cambios de los eones,
conformando cordilleras y montañas.
Su rito es privado, conectado con sus gemelas estelares,
canta en su frecuencia sorda, magnetizando campos.
Ella, tan común, guarda en su memoria el relato de la existencia.
Cuando era infante miraba hacia el cielo y me daba miedo saber que era una extensión desconocida con vida. Generalmente mis mayores observaciones las hacía en vacaciones, durante los dos meses que estaba en la playa en casa de mi abuela tenía tiempo nocturno para estar observando por horas.
En algunos de esos años estuvo de moda el cometa Halley y yo sólo podía pensar en una roca redonda llena de fuego, recorriendo con furia el sistema solar. De día, en esa misma temporada estival, pasaba las tardes en la playa jugando entre los roqueríos soleados tan cálidos como aquel cometa. Había una cantidad de bichos y algas, un micro sistema fantástico del que jamás me aburrí, aunque estuviera con el cuerpo lleno de sal todo el tiempo.
Y en mi fantasía me preguntaba qué eran las rocas. Viendo documentales y leyendo libros sobre la conformación de los planetas me daba algunas explicaciones, esta tierra está compuesta de los mismos materiales que el universo. Entre el cielo y la tierra existe una relación sutil que es palpable a través de estas pequeñas o gigantes pétreas.
El relato de la ciencia
En los procesos geológicos, el ciclo litológico es el encargado de explicar cómo se hace una roca. En las profundidades de la Tierra se desarrolla esta secuencia desde los tiempos primarios de nuestro planeta. Este fenómeno intrincado y constante es impulsado por diversas fuerzas que actúan en perfecta armonía. La energía externa, proveniente del sol, se une a la energía interna, emanada por el fuego del centro líquido de nuestro planeta. Estas energías se entrelazan con la inquebrantable gravedad y la vida, formando un conjunto en perpetuo movimiento.
En el centro de este ciclo se encuentran las rocas, testigos mudos de la transformación continua que ocurre en la Tierra. Imaginemos una roca ígnea, como el basalto. Nace en el abrazo del fuego terrestre, donde las altas temperaturas funden los minerales y los moldean en una masa incandescente. Sin embargo, el basalto no es inmune al paso del tiempo y las fuerzas de su entorno. Cuando emerge a la superficie, la atmósfera ejerce su influencia implacable, desgastando y alterando su estructura original. El recorrido de las rocas también tiene sorpresas reservadas: en su viaje bajo la corteza terrestre, el basalto puede sumergirse en la oscuridad de las profundidades, donde la presión y el calor lo funden una vez más.
En el entretanto, las placas tectónicas en su lento movimiento, desplazan las rocas, generando montañas y valles, creando nuevas oportunidades para la transformación. El agua arrastra sedimentos y deposita capas de rocas que se compactan y fusionan con el tiempo. Los procesos de metamorfismo y sedimentación son piezas clave en este complejo rompecabezas, otorgando a las rocas una nueva identidad y una historia única.
A lo largo de este ciclo, las rocas experimentan una metamorfosis constante, en la que cada tipo de roca puede dar origen a otro. La paciencia es esencial, ya que el tiempo geológico es largo y las transformaciones requieren millones de años. No todas las rocas tendrán el privilegio de completar este camino en su totalidad, algunas se perderán en una etapa transitoria, mientras que otras perseverarán, siendo agentes activos de múltiples transformaciones.
Esta epopeya resumida en lenguaje geológico es un recordatorio de la dinámica y la eterna evolución de nuestro planeta, señala que las rocas no son invariables, en un proceso milenario son capaces de cambiar geografías, es un proceso continuo, no se detiene, tiene una temporalidad distinta.
Sonido y Vibración
Ya de adulta y como coleccionista de guijarros, piedritas y rocas, me seguí cuestionando cosas sobre estas silenciosas líticas. Y pensando en el ciclo lítico, que es similar a cualquier ciclo de los seres humanos y no humanos, me pregunto ¿Las rocas son entes vivientes? Cuestionamiento que he conversado con varios artistas e investigadores del área del arte, ciencia y tecnología y que se abre a temáticas más allá de las relaciones interespecies, un campo abierto sobre lo vivo.
Puede sonar a fantasía, claro, sobre todo si pienso en una mirada desde el antropoceno, donde las rocas y los minerales han sido utilizados siempre como herramientas y materiales para el desarrollo humano. Sin embargo, prefiero discurrir hacia la zona, donde incluso de cierta manera científica se le dota de algunas cualidades a estos seres geológicos.
Tratando de dilucidar esta idea de vida, me encontré con que las rocas y minerales emiten sonidos lo cual se conoce como sonido de roca o sonido de mineral. Fenómeno interesante que ha sido objeto de estudio por parte de los geólogos y los científicos de la acústica durante décadas.
La calidad del sonido de roca depende de varios factores, como la composición química de la roca o mineral, su densidad y su estructura cristalina. Algunas rocas y minerales producen un sonido más agudo y claro que otros. Lo que sale de ellas es generado por la vibración de la roca o mineral cuando es sometido a una fuerza externa, como golpearlo con un martillo o un mazo. Esta vibración produce ondas sonoras que viajan a través de la roca y el suelo circundante.
También me encontré con que las rocas tienen una frecuencia natural de vibración que está determinada por su densidad, elasticidad y geometría. Esta frecuencia natural se conoce como frecuencia de resonancia y es similar al concepto de resonancia en un instrumento musical.
La frecuencia de resonancia de una roca puede ser afectada por factores externos, como la presión y la temperatura, así como por el tipo de onda sísmica que la atraviesa. Por ejemplo, las ondas sísmicas producidas por un terremoto pueden causar la vibración de las rocas y su posterior resonancia, lo que puede ser detectado por los sismógrafos.
Es importante destacar que la frecuencia de resonancia de una roca puede ser muy baja y, por lo tanto, difícil de detectar sin equipos especializados.
No soy la única curiosa con esta pregunta, ya que varios artistas sonoros han experimentado con el sonido y vibración de las rocas, en diversos formatos, dando una especie de voz a las rocas.
Ejemplo de ello en una relación más técnica, la roca como tal se convierte en un instrumento conocido como litófono. Elemento rudimentario y antiguo que toma la artista mexicana Yoliztli Villanueva, quién yendo a la intersección de arte y ciencia, en colaboración del geólogo y profesor del Departamento Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Alicante Hugo Corbí, realiza una exposición enmarcada en una investigación llamada el Sonido de las Piedras.
Villanueva entrega el sentido estético y lúdico, mientras que Corbí aporta desde cuestiones científicas para caracterizar los tipos de piedra y el sonido que emiten al percutirlas, para establecer una correlación entre litología y respuesta acústica. El resultado fueron treinta figuras, elaboradas con diferentes tipos de rocas –sedimentarias, volcánicas, metamórficas, etcétera– que formaron parte de una exposición en España.
Digo que es una relación técnica, porque más allá de una metáfora o elaboración de una poética de la roca, se la convierte en un instrumento sonoro que en algún sentido pretende dar voz al mineral, tratando de expandir la idea de lo musical.
De una manera distinta, en la obra de la artista mexicana Gabriela Mungia Resonancia de partículas del tiempo se sumerge en un viaje a través de su serie de esculturas que son máquinas rudimentarias, donde unos brazos se dejan caer chocando en un terreno rocoso. En este site specific, Mungia crea dispositivos que capturan y sonifican diversas magnitudes ambientales, explorando la convergencia entre prácticas ancestrales y rituales con el uso de tecnologías contemporáneas. Estos dispositivos se convierten en posibles ejercicios de acupuntura terrestre, revelando nuevas perspectivas sobre nuestro entorno.
La provincia de Río Negro se convierte en el lienzo de reflexión de Mungia, quien se sumerge en los contrastes y escalas entre el espacio y el tiempo. Las bardas, capa por capa, cuentan la historia geológica del lugar, desde una época en la que el océano Atlántico y el Pacífico se unían y la Cordillera de los Andes era sólo una cadena de volcanes. Las rocas de basalto, expulsadas después de largos periodos de sedimentación, cubren ahora toda la región.
Mediante experimentos de traducción y amplificación de fuerzas físicas como el viento y la erosión, Mungia realiza punciones electrogeománticas que desplazan nuestra percepción del tiempo humano hacia eras geológicas milenarias. Llevándonos a una contemplación no pasiva sobre nuestra crisis medioambiental, a través de la experimentación, la poética y la indisciplina, fusionando el arte, la ciencia y la tecnología.
Otro ejemplo es la obra Canto Rodado del artista colombiano Leonel Vásquez, donde presenta una serie de esculturas sonoras compuestas por rocas que funcionan como gramófonos. El proceso creativo de esta obra se inició cuando el artista regresó a un río seco y recogió una piedra, experimentando una conexión con el silencio del río presente en ella. Al observar detenidamente la forma redondeada y las cicatrices dejadas por el tiempo en la roca, el artista logró establecer un vínculo con la historia que esta llevaba consigo.
El recorrido descrito en la obra nos lleva a seguir los afluentes de varios ríos en Colombia, lo cual implica una exploración geográfica y simbólica. Comienza en el Río Claro, ubicado al sur de Antioquia, que es una reserva y patrimonio geológico. Aquí, las rocas desempeñan un papel fundamental al marcar el origen de este río. Sigue con el Río Chenche, que ha perdido su pasado debido a transformaciones. Luego pasa por el «río negro de espumas blancas», afectado por sustancias contaminantes en su paso por Bogotá. La travesía termina en Saldaña, donde se extraen piedras del río, y en el Arroyo Aguas Blancas, un afluente seco debido a la explotación minera.
Durante la investigación en el campo, Vásquez adoptó dos enfoques complementarios. Por un lado, se sumergió en el ámbito científico hidrogeológico, explorando las dinámicas del agua, las formaciones geológicas, sedimentarias y de erosión, así como los efectos de la actividad humana en el paisaje fluvial. Por otro lado, se sumergió en el mundo de la poesía y el arte, buscando comprender cómo los ríos se comunican a través de las rocas. Mediante técnicas de luthería experimental y otras formas creativas, su objetivo era desentrañar las voces, los ritmos y los eventos que han sido moldeados por el flujo del tiempo en los ríos.
En las distintas obras de estos artistas latinoamericanos las rocas tienen una narración emanada de ellas mismas, su propio canto, en el cual se desentrañan las relaciones que estas tienen con su ambiente y con los seres humanos.
Tecnologías sonoras espirituales, fusión entre el universo y tierra
Retomando mis ideas infantiles y actuales, las rocas son un bello misterio.
Últimamente he cruzado Los Andes en varias ocasiones, lo imponente de la cordillera despierta emoción, directa o indirectamente. Sacamos fotos, hacemos videos de esa imagen de infinidad geográfica, la cadena montañosa induce a soñar, fantasear, ficcionar.
Los artistas sonoros pueden dar voz y estética sonora a rocas, pero estas arrastran desarrollo de tecnologías que se componen de sus mismos materiales en la construcción de grabadoras, micrófonos, cámaras de vídeo, etc. ¿Qué sería de nuestras tecnologías sin los componentes minerales?
Lo que me lleva a ver nuestro pasado y pensar en las tecnoculturas de nuestros territorios: distintos imperios, las distintas culturas ancestrales que llevan consigo sus propias tecnologías, pero a las cuales se las ha dotado de un elemento distintos a lo actual: lo comunitario, las cosmovisiones y lo espiritual. La roca es más que un elemento material del paisaje, es un ente.
Partiendo por un ejemplo que me dejó muy impresionada: los parlantes de roca de Tiwanaku. Los cuales son una interesante relación entre la tecnología y la acústica de las rocas. Este lugar es un sitio arqueológico ubicado en Bolivia que fue habitado por la civilización precolombina del mismo nombre entre los siglos III y VII d.C.
En sus restos arquitectónicos se encuentran varias estructuras de rocas que son parlantes, estos consisten en grandes bloques de piedra tallados con formas cóncavas y convexas que les permiten amplificar el sonido. Algunos de estos están conectados por canales subterráneos que actúan como conductos de sonido, lo que permite que el sonido se propague a través del sitio.
Se cree que los antiguos habitantes de Tiwanaku utilizaron estos parlantes de roca en ceremonias religiosas y rituales. Además, se ha demostrado que estos parlantes son capaces de producir una amplificación de sonido de hasta 10 decibeles, lo que sugiere que sus habitantes tenían un conocimiento avanzado de la acústica de las rocas.
Este ejemplo sigue despertando mi curiosidad. Lo que me lleva a seguir cruzando información sobre las culturas latinoamericanas y andinas, sus principales elementos cosmogónicos, avances tecnológicos, su interrelación con el medio y el ambiente, su sistema social.
Llegando a una tradición atemporal que consiste en el uso de rocas y minerales con fines rituales y curativos. Se utilizan en ceremonias involucrando el canto y la música, en donde la vibración puede activar sus propiedades energéticas, equilibrando así la energía del cuerpo y la mente.
La creencia en la activación de la frecuencia de las rocas y minerales se fundamenta en la idea de que todas las cosas en el universo poseen una vibración o frecuencia específica. Según esta idea, cada tipo de roca y mineral tiene un ritmo único que puede ser estimulado.
Ejemplo de ello son los chumpis, palabra quechua que en su traducción al español corresponde a cinturón o faja, estos están compuestos por diferentes piedras y minerales considerados como poseedores de propiedades curativas y son parte de la medicina tradicional de algunas culturas indígenas de Los Andes.
Cada chumpi puede contener una combinación específica de piedras y minerales, elegidas en función de sus propiedades energéticas, las cuales se cree que pueden equilibrar y armonizar el flujo de energía en el cuerpo.
El uso de los chumpis en las ceremonias de sanación andinas son parte de una práctica que combina elementos espirituales, energéticos y culturales. Además, se consideran portadores de sabiduría ancestral y se utilizan como herramientas para facilitar la conexión con el mundo espiritual y promover el equilibrio y la sanación del individuo.
Llevando esto a las tecnologías contemporáneas del sonido, los minerales desempeñan un papel fundamental en la fabricación de los componentes de dispositivos como grabadoras y micrófonos. La presencia de estos minerales y sus características específicas contribuyen a la estabilidad, rendimiento y calidad del sonido capturado y reproducido por estos dispositivos: Cuarzo, Tantalio, Estaño, Hierro, Neodimio, Aluminio, Cobre y Hierro son algunos de los componentes que contienen cada herramienta de extensión corporal.
Lo que me lleva a mi casi última pregunta ¿cómo podríamos usar las tecnologías actuales de audio, tanto de grabación, amplificación y microfonía de una forma similar a las culturas ancestrales? Esto nace de los ejemplos anteriores donde las culturas propias del continente usaron/usan rocas y minerales como tecnologías rituales tanto de sanación, vinculación con el mundo espiritual, comunicación con el universo y como congregación humana.
Este cuestionamiento me lleva a mis últimas interrogantes: ¿Es acaso el arte, ya sea sonoro, audiovisual o plástico una herramienta de traducción no afinada que trata de desentrañar el enigma atrapado en la dureza de las rocas, revelar las historias de estos guardianes minerales? ¿Se podrá a través del arte generar este concepto de neo ritualidad con nuestros aparatos actuales?
Quizás las respuestas podrían ser muy obvias, quizás no.
Finalmente, me gustaría abrir el diálogo, el intercambio de preguntas e ideas sobre la vida de rocas y minerales, su utilización técnica y su visión como tecnologías sanadoras-espirituales.
Notas y referencias
- https://www.facebook.com/sonidosdelaspiedras/?locale=es_LA
- https://revista925taxco.fad.unam.mx/index.php/litofonica/
- https://www.alicante.es/es/noticias/sonidos-piedras-como-elemento-cultural
- https://taniacandiani.com/en/works/
- https://rock.geosociety.org/net/gsatoday/archive/18/11/pdf/i1052-5173-18-11-4.pdf
- https://www.ciudadciencia.es/doc/files/FICHA_CLASIFICACION%20DE%20ROCAS_CC.pdf
- http://www.ingenieroambiental.com/4014/control-vibra.pdf
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