Los vientos en el sur no serán sólo agua tibia
Mientras escribimos este texto, en Argentina nos encontramos dentro de un proceso electoral y, como en muchos de estos procesos democráticos en la región, tenemos sensaciones encontradas. Lo que tenía que llegar no llegará por ahora. No escuchamos ninguna novedad. Vale preguntarnos sobre qué escuchamos mientras el tiempo de representación política corre. Por estos días también, recibimos la noticia de la recuperación del nieto número 133, su madre es una militante política secuestrada y desaparecida en la última dictadura militar en nuestro país. Escuchamos esa noticia y todo nuestro cuerpo siente que un viento frío lo recorre. Nuestro tiempo es el de las simultaneidades, el de las presencias, aun las silenciosas presencias que latieron durante años para aparecer y recorrer como un viento frío.
La intuición, nuestra intuición como colectiva, nos llevó a mirar al viento a los ojos. Cansades de la repetición cosificante del desierto, la intemperie, la nada y el turismo, comenzamos un viaje que buscaba erosionar esos relatos modelizadores de las Patagonias. Mirar el viento a los ojos tiene sus riesgos; quizás venga a cuenta alguno de los aprendizajes de nuestra infancia a partir del cuento El rey desnudo de Anderson, y como ya dijimos, los tiempos de la representación política son los que corren. Ver al viento a los ojos significa dejar de ver a través de él, dejarlo descansar, leer sus gestos, escuchar su presencia, aprender sobre la meteorología del entre.
El Archivo de lo Audible en las Patagonias forma parte de las investigaciones desarrolladas en la actualidad en los sures, y como tal, no escapa a los desafíos y tensiones de su tiempo: una compleja trama de discursos porosos a las conflictividades sociales mezcladas con el cinismo del mainstream artístico. Como el viento, ese cuento de Anderson aparece ante nosotres. ¿Qué es lo audible del viento? ¿Cómo salir de un relato moralizante? ¿Qué proponen las prácticas artísticas? Creemos que es necesario reflexionar, aprender a transitar nuestra inocencia de querer descubrir el agua tibia en un territorio atravesado por el genocidio y diferentes procesos extractivos. Salir a ver el viento a los ojos, escucharlo sin querer armar un rompecabezas en el aire, movernos en una coreografía de transparencias. Posponer la captura para darle lugar a la escucha. Un gesto, nuestro gesto es buscar: ¿Qué es el viento? ¿En qué sonidos podemos encontrarlo? ¿Qué escuchamos? ¿En qué lugares? Así como las finas telas de la fábula, el aire puede vestir y desvestir un conjunto de cuestiones, a nosotres nos guía una percepción abierta de archivistas amateurs para leer y registrar las sonoridades de la biofonía, antropofonía y geofonía que están atravesadas, distorsionadas y/o provocadas por las manifestaciones del viento.
Dormir con las ventanas abiertas
Dormir con las ventanas abiertas es el título de nuestra primera publicación con el Archivo de lo Audible, un estornudo en la intemperie, una forma de ir hacia los sueños y volver de ellos, cuatro relatos breves que son portales para ingresar a los documentos sonoros de nuestro proyecto. Nuestro amigo Maximiliano Bober, autor de uno de estos portales, nos envía un audio de whatsapp que dice que no puede dejar de leer el título Las venas abiertas América Latina. Pensamos que es un hallazgo, un sentido nuevo, ¿pero qué hay de nuevo en el viento? Escuchamos otro audio, uno más antiguo de otra de las participantes de la publicación; Tani Mellado nos consulta por uno de los registros realizados en un sitio muy sensible en las patagonias, el lugar dónde las Fuerzas de seguridad reprimieron una manifestación, detuvieron y desaparecieron a Santiago Maldonado. Pregunta si registramos voces en el mural pintado en la ruta o es una presencia en el sonido, en el viento. Pensamos que es un hallazgo, un sentido nuevo, ¿pero qué hay de nuevo en el viento?
¿Qué hay en el viento que podamos escuchar? ¿Qué vibraciones son perceptibles por nuestros cuerpos? ¿Qué hay en el viento de nuestros sueños? Interrogantes, direcciones para pensar e imaginar nuestro vínculo con la escucha en las patagonias. En nuestro proceso de investigación abierto, son claves las ideas de reciprocidad, territorio, comunicación intersubjetiva, escucha, ideas que se nutren de otras voces significativas en este recorrido.
La escritora Ursula K. Le Guin en su libro Contar es escuchar (2004) ofrece una serie de reflexiones en torno a la comunicación, a las formas del decir, su relato nos atrapa. Ella viaja a otros mundos, activa otras sensibilidades, ideas que dialogan con nuestra indagación; la autora pone atención en relaciones de reciprocidad en la comunicación ¿cuáles serían esas relaciones con el viento? Le Guin desafía el modelo mecánico de comunicación -emisor- receptor/ estímulo-respuesta-, por el contrario, pone atención sobre la conversación, propone un acontecimiento, un diálogo como un intercambio continuo, hablar y escuchar son la misma cosa (p.174). Retornamos a nuestros interrogantes sobre el viento, nuestro diálogo con él, ¿será que el trabajo del archivo es la documentación de nuestra conversación con el viento? Conversaciones que se reeditan con cada persona que abren diálogos con los registros de los sures cordilleranos.
En este mismo sentido, consideramos los aportes de Steven Feld en torno a la acustemología (2013) para mirar a los ojos al viento y entender al sonido como una forma de conocimiento. Nos interesa poder pensar el sonido del viento dentro de una cartografía poética, cartografía inscripta en las patagonias. Un archivo, parafraseando a Feld, dónde el mundo sonoro se cimienta en la vida social e histórica, a la vez que, la propia vida social experimenta y se vuelve significativa a través de los sonidos. Un vínculo de reciprocidad, donde,
El sonido emana de los cuerpos y también los penetra: esta reciprocidad de la reflexión y la absorción constituye un creativo mecanismo de orientación que sintoniza los cuerpos con los lugares y los momentos mediante su potencial sonoro. (p.222)
Pinturas rupestres en nuestro pueblo
Uno de los sitios donde realizamos registros sonoros para nuestro archivo fue en la base del cerro Piltriquitrón; cerro colgado de las nubes es la traducción al castellano de su nombre en mapudungun, montaña ubicada en la localidad de El Bolsón en Río Negro. Una extraña formación geológica podríamos pensar, un cerro que evade las reglas de la gravedad, está suspendido. Allí existen numerosas pinturas rupestres realizadas en otro periodo. Suspendidas. Desde el punto de vista de la organización territorial actual, podemos observar que las pinturas son una presencia de otro tiempo, una obstinación por continuar fijada a las paredes rocosas del cerro, una frontera entre el bosque nativo aún presente en las montañas y la ocupación productiva de los valles cordilleranos. Junto a las pinturas existe una plantación de cereales, trigo o alfalfa, como una laguna dorada que suena con el viento.
Este sitio es cercano, forma parte de nuestro entorno cotidiano, aunque las pinturas nunca las habíamos visto desde que vivimos en la zona hace más de una década. Esta relación de cercanía y distancia es la que experimentamos cuando fuimos a realizar los registros para el archivo. Pensamos en Pascal Quignard (1998), en particular en sus reflexiones sobre las pinturas rupestres, él sostiene que las grutas paleolíticas son instrumentos de música cuyas paredes fueron decoradas (p .82), resonadores, cámaras de eco. Un cerro suspendido hace rebotar resonancias de otros tiempos, todos los tiempos que puede reunir el viento; siguiendo a Quignard: «El eco es la voz de lo invisible. Durante el día los vivos no ven a los muertos. Pero los ven en la noche, en los sueños. En el eco el emisor es inhallable. Lo visible y lo audible juegan a las escondidas.» (p. 82)
Tiempo, sonido y viento. Quizás nuestra experiencia en ese territorio nos permite acercarnos a las diferentes temporalidades que conforman a las patagonias. Una suerte de intervalos silenciosos diría Eduardo Grüner (2017), diferentes lenguas: cerro, pinturas, trigo, viento, formas de construcción de otros conocimientos. En palabras de Grüner,
la experiencia de lo poético, la del arte en general- pese a, e incluso en razón de, la “bárbara” que pueda ser dentro de su propio espacio- es, por el contrario, civilizatoria: apuesta a la construcción sobre lo desconocido, a la fundación de lo por-conocer, a la detección de los “agujeros negros” del intervalo. Pero lo hace de un modo radicalmente diferente al de las aspiraciones de la ciencia -incluyendo las de la “comunicación”-, porque su propio movimiento crea nuevas zonas secretas, intraducibles. Es una apuesta a los silencios, sobre cuyas ausencias se pueden construir nuevos sentidos, productores de más, pero otros, silencios. (p. 141- 142)
Volviendo a Quignard nos preguntamos sobre qué es lo visible y lo audible en el viento de las patagonias. Pensamos: mirar el viento a los ojos es también escuchar otros silencios en la región, sabernos parte de una trágica historia en la que, en nombre del orden y progreso, se construyeron territorios. En esa trama compleja, lo otro, lo opuesto a civilización, siguiendo a Grüner, es el desierto inmóvil, salvo por los desconcertantes cambios de posición de las dunas movidas por el viento eterno (p.135)
¿Qué es lo visible y lo audible en el viento de las patagonias? Pensamos nuevamente. Quizás trabajar en nuestro archivo permita acercarse a otras percepciones de los ambientes, descentrarnos, corrernos por un momento de nuestra miopía antropocéntrica, tal como sugiere Rodrigo Parrini (2020) recuperando a Jakob von Uexküll:
No existe, por tanto, un mundo unitario donde todo los seres vivos experimenten lo mismo y de igual manera, sino “una infinita variedad de mundos perceptivos (…) vinculados entre sí como en una gigantesca partitura musical, aunque no comunicantes y recíprocamente excluyentes. (p 42-43)
Quizás trabajar en nuestro archivo permita acercarse a otras concepciones de los ambientes, otros modos de habitar y ser habitado, tal como propone el filósofo Jean Luc Nancy:
Escuchar es ingresar a la espacialidad que, al mismo tiempo, me penetra: pues ella se abre en mí tanto como en torno a mí, y desde mí tanto hacia mí: me abre en mí tanto como afuera, y en virtud de esa doble, cuadrúple o séxtuple apertura, un “sí mismo” puede tener lugar. (p 33-34)
Geopolítica del viento
Comenzamos este texto reflexionando sobre nuestros desafíos en la construcción del Archivo de lo Audible, las sonoridades que nos interpelan. Vivimos un periodo donde el tiempo de representación política corre, no son sólo las elecciones las que están en juego. Las patagonias, los sures son sitios particularmente sensibles para la escucha. Pensamos. De manera progresiva el sur del continente se hace angosto, las montañas disminuyen su altura, las distancias entre los océanos se achican, de algún modo la percepción de las patagonias como un solo territorio se hace más intensa. Por diferentes razones las arbitrariedades de los estados nacionales se hacen más evidentes, se aprecia, se respira la unidad territorial de otros períodos históricos. Y al mismo tiempo, en un mundo post pandémico, en guerra, el sur también es epicentro de las disputas por la hegemonía global de Estados Unidos y China. Pensamos, el viento todo lo sabe, todo lo orada, todo lo conmueve. Creemos que deberíamos reconocer la existencia de una geopolítica1 del viento.
De manera paradójica, el viento en sus ritmos de ciclones y anticiclones nos permite escuchar otras territorialidades, quizás sea el viento la superficie más grande del planeta. La piel del mundo. Geopolítica del viento, geofonía de los sures. El viento, quizás sea de las pocas cosas que nos igualan, casi accesible a todos los seres, aun en el cautiverio podemos tener contacto con él. Pensamos en el poeta y militante Francisco Paco Urondo, en particular en su poema La verdad es la única realidad, ¿será el viento lo único real? Sus palabras siguen resonando:
La verdad es la única realidad
Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o
de la producción.
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el angelus eterno y siniestro en una brigada de policía
cualquiera
son parte de la memoria, no suponen necesariamente
el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
cubriendo la Patagonia
porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad,
como la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia
del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro
como los designios de todo un pueblo que marcha
hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,
a rescatar lo suyo, su
realidad.
Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973
Notas
- Proponemos el concepto de geopolítica a partir del planteo del artista visual Eduardo Molinari, particular recuperamos su análisis sobre las connotaciones ideológicas de toda producción artística, nos hacemos ecos de su propuesta de un giro crítico espacial y de su afirmación “todo arte es geopolítico” (p. 137).
Bibliografía
- Feld, S. Una acustemología de la selva tropical Revista Colombiana de Antropología, vol. 49, núm. 1, enero-junio, 2013, pp. 217-239 Instituto Colombiano de Antropología e Historia Bogotá, Colombia
- Grüner, E. (2017) Iconografías malditas, imágenes desencantadas. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Editorial de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
- Halac, G. (2020) Espacio revelados: prácticas artísticas en territorio. Córdoba: DocumentA / Escénicas Ediciones
- K. Le Guin, U. (2004) Contar es escuchar.
- Molinari, E. Recuerdos-potencia: del Archivo Caminante al Archivo Predictivo. En Calderón, N., Cervantes, A., Salazar, A. (Coords.) (2022) Saberes vivos en la investigación artística. Veracruz: Instituto de Artes Plásticas – Universidad Veracruzana
- Quignard, P. (1998) El odio a la música. Diez pequeños tratados. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello
Archivo de lo audible en las Patagonias (2021/ continua) es una colectiva de investigación, divulgación y creación compuesta por les artistas y docentes Ivan Rivelli, Gabriela Hernández y Álvaro Martín con sede en la Comarca Andina (Arg.). La propuesta tiene como antecedentes las experiencias de prácticas artísticas vinculados a procesos comunitarios y colaborativos (Mapa sonoro de la Comarca, Clínicas Colectivas, Proyecto Visitantes). Asimismo, sus integrantes participan en ámbitos educativos y artísticos de la región.
Te puede interesar
Escucha de lo monstruoso del paisaje
Proponemos pensar ciertos paisajes sonoros al unísono con su tiempo, como un espejo de este tiempo,
Los idiomas del aire
¿Cómo dar cuenta de la vida del bosque? Parte del proceso colonizador puede basarse en extraer, lu
Territorios de escucha
Al escuchar al mundo, constituimos territorios de escucha que llegamos a habitar. Ellos se organizan
Post a comment